The Grand Canyon [El Cañon de Colorado]

The Grand Canyon

I have been twice to the Grand Canyon and it never ceases to amaze me. I found it even more impressive the second time. It’s a place in which you feel tiny, a place “outside” of this world – literally since you feel like you’re on Mars or another planet – and makes you realize just how huge the Earth is.

[Versión en español abajo]

To get to the canyon, you must either fly to the city of Flagstaff, where most people spend the night before, or fly to Phoenix and drive to Flagstaff (flying to Phoenix is usually a little cheaper). I took this last trip with my parents and we opted for the second option, which gave us a little time to visit Phoenix and Sedona. Whatever option you choose, you will have to rent a car.

I recommend arriving to the park early, because the later you arrive, the longer the line of cars trying to enter and the further you’ll have to park. The morning before the trip, we went to a grocery store and  bought snacks, protein bars, food to make sandwiches, and a lot of water. This way being hungry or, in my case, getting “hangry” won’t be a problem and you can better enjoy the day exploring.

Once we arrived, we went to the visitor center to get some maps of the park and decide which hike trail to take. When you start hiking down the trail, you want to stop and take pictures everywhere, but the more you go down the more you realize that it is impossible to capture the immensity and beauty of the canyon. We walked 2 hours down till arriving at the perfect place to rest, have lunch, and enjoy the views.

After the hike, we rode the free buses provided by the park to go around the rim of the canyon and find the perfect spot to get off and see the sunset. I must confess that after traveling to many places, the ones that have had the biggest impact in me are those where nature is the main character. So start adding this trip to your list!

Sweet Travels! 


He ido ya dos veces al cañon de Colorado y no deja de sorprenderme. Es mas, la segunda vez que fui me pareció aun mas impresionante. Es un lugar que te hace sentir diminuto, un lugar tan “fuera” de este mundo, literal te sientes como en Marte o en otro planeta, y te hace ver lo inmensa que es la Tierra.

Para ir al cañon, hay que llegar a la ciudad de Flagstaff, que es donde toda la gente pasa la noche el día antes o a la ciudad de Phoenix y manejar hasta Flagstaff (es un poco mas económico llegar acá). Este último paseo lo hice con mis padres y optamos por la segunda opción, así también aprovechamos para conocer algo de Phoenix y pasar por Sedona. En los dos casos tendrás que alquilar un carro.

Al parque recomiendo llegar temprano, ya que entre mas tarde mas larga será la cola de carros para entrar, y mas lejos será el estacionamiento. En la mañana antes del paseo, fuimos a un supermercado y compramos mecato, barritas de proteína, cosa para hacer sandwiches y mucha agua. Así no te complicas con el hambre y puedes disfrutar mas el día explorando.

Una vez llegamos, fuimos a la oficina de turismo donde cogimos un mapa y decidimos cual de los muchos senderos tomar. Al comenzar a bajar el caños, te dan ganas de para cada 5 segundo a tomar fotos, pero mientras mas vas avanzando te das cuenta que es imposible capturar la inmensidad y la belleza del cañon. Caminamos 2 horas abajo hasta llegar al lugar perfecto para descansar, almorzar y disfrutar de las vistas.

Después de la caminata, dimos una vuelta en los buses gratuitos que tienen en el parque por el borde del cañon, hasta escoger el lugar perfecto para bajarnos a disfrutar del atardecer. Les confieso que después de viajar a muchos lugares, los que más me han impactado han sido estos, aquellos donde la naturaleza es la protagonista. ¡Así que a poner este paseo en sus listas de viaje!

¡Dulces Viajes! 

You may also like